Cuestión de movimiento

Cuando se trata de realizar un mismo movimiento, es fascinante observar cómo diferentes disciplinas enfocan y enseñan ese movimiento de maneras diversas. Desde el suave y controlado enfoque del Pilates hasta la intensa y dinámica metodología del CrossFit, cada disciplina tiene su propio conjunto de indicaciones y técnicas para llevar a cabo un ejercicio específico. Es importante comprender que estas diferencias no implican necesariamente que una forma sea mejor que la otra, sino que están diseñadas para alcanzar objetivos distintos dentro de cada práctica. Por supuesto, hay unas bases que deben cumplirse; al final, la biomecánica del cuerpo humano está bastante acotada y, en términos generales, todas las disciplinas concuerdan que es necesario respetar ciertas pautas para que el movimiento, además de eficiente, no sea lesivo ni peligroso.

Por ejemplo, consideremos el movimiento básico de levantar pesas desde el suelo hasta la cadera, conocido como peso muerto. En Pilates, se enfatiza la alineación precisa de la columna vertebral, el fortalecimiento de los músculos estabilizadores del núcleo y la ejecución controlada del movimiento. Los instructores de Pilates suelen enfocarse en la calidad del movimiento sobre la cantidad de peso levantado. Esto se debe a que el objetivo principal del Pilates es mejorar la postura, la flexibilidad y la fuerza muscular de manera equilibrada, con énfasis en el control y la conexión mente-cuerpo.

Por otro lado, en el contexto del CrossFit, el peso muerto se realiza de manera más explosiva y dinámica. Aquí, el enfoque se centra en levantar la mayor cantidad de peso posible en un tiempo determinado, lo que exige una técnica diferente. Los entrenadores de CrossFit suelen enseñar a los atletas a generar potencia desde las caderas, utilizando la fuerza de todo el cuerpo para levantar la barra con rapidez y eficiencia. Si bien la forma sigue siendo importante en el CrossFit, el énfasis está en la capacidad de levantar pesos pesados de manera efectiva y segura, incluso si eso significa sacrificar un poco de precisión en la técnica.

Siguiendo con la comparativa de estas dos disciplinas, sucedería lo mismo con una flexión dorsal. En Pilates se busca una elevación lenta y consciente del tronco, con el foco puesto en la musculatura profunda del abdomen y la flexión progresiva de la columna, mientras que en CrossFit el objetivo es activar los rectos abdominales y moverse de una forma más enfocada a la fatiga muscular. Si se trabaja desde el control y el respeto a la técnica, ambas versiones pueden ser válidas y beneficiosas.

Otro buen ejemplo sería el ejercicio de las planchas, que es una posición de fuerza que implica mantener el cuerpo en una línea recta desde los hombros hasta los tobillos, apoyado en antebrazos y dedos de los pies. En yoga, las planchas, o Phalakasana, se practican con énfasis en la alineación corporal adecuada, la activación del núcleo y la respiración consciente. Además de fortalecer los músculos, se fomenta la concentración mental y la conexión con la respiración, proporcionando una experiencia holística que desarrolla tanto la fuerza física como la tranquilidad mental. La práctica de la plancha en yoga no solo se trata de cultivar el cuerpo, sino también de nutrir la mente y el espíritu, fomentando la determinación y la conexión interna.

Cambiando de disciplina, en una clase de TRX la plancha se realiza utilizando las bandas de suspensión para aumentar la intensidad y trabajar diferentes grupos musculares. Aquí el énfasis puede estar en la resistencia y el trabajo de fuerza funcional, ya que los practicantes deben estabilizar su cuerpo mientras se balancean en las correas. Los entrenadores de TRX suelen enseñar a los participantes a utilizar la tensión de las bandas para desafiar la estabilidad y fortalecer los músculos del core, los brazos y las piernas de manera integral.

Estos ejemplos ilustran cómo una misma acción puede ser abordada de manera diferente según la disciplina que se practique. No se trata simplemente de hacer el movimiento correctamente o incorrectamente, sino de entender las intenciones y objetivos detrás de ese movimiento en el contexto de cada práctica. Ya sea que estés practicando Pilates, CrossFit, yoga, levantamiento de pesas u otra disciplina, es importante mantener una mente abierta y estar dispuesto a adaptarte a las necesidades específicas de cada actividad física. Al final del día, lo más importante es moverse de manera segura, consciente y disfrutar del proceso de mejorar tu salud y bienestar físico.