Las ventajas de teletrabajar que nadie te había contado.
A raíz de la pandemia, el teletrabajo ha irrumpido en nuestras vidas como una revolución laboral, desafiando las estructuras tradicionales y ofreciendo una nueva perspectiva sobre la relación entre el trabajo y el bienestar físico. Por desgracia, en España se ha ido exigiendo la presencialidad en cuanto todo ha vuelto a su cauce, demostrando que el tejido empresarial es especialmente poco flexible para con los cambios positivos. En este artículo queremos defender esta modalidad por su relación directa con unos hábitos de vida más saludables, pues no solo elimina obstáculos que el trabajo presencial imponía al ejercicio físico, sino que también abre las puertas a una vida más activa y plena.
1. Liberación del yugo del desplazamiento:
El tedioso viaje diario al trabajo, ya sea en transporte público o privado, suele consumir una parte significativa de nuestro tiempo. Este desplazamiento no solo agota nuestra energía, que también deja poco margen para el ejercicio físico. Con el teletrabajo, esta barrera se disuelve. En lugar de perder horas en atascos de tráfico o en un tren abarrotado, podemos aprovechar ese tiempo para actividades físicas, ya sea una clase de pilates, una carrera matutina o simplemente una caminata revitalizante.
2. Combatiendo el sedentarismo laboral:
El trabajo presencial a menudo conlleva largas horas sentados frente a un escritorio, lo que contribuye al sedentarismo y afecta negativamente nuestra salud postural. El teletrabajo, al permitirnos diseñar nuestro propio espacio laboral, nos brinda la libertad de incorporar ergonomía y pausas activas a nuestro día. No más horas interminables en una silla de oficina; ahora podemos realizar ejercicios sencillos, estiramientos y mantenernos activos durante el día, mejorando nuestra salud física y mental.
3. Descongestión de franjas:
El teletrabajo, al eliminar la rigidez de los horarios tradicionales y el tiempo invertido en desplazamientos, permite diluir las horas punta de los centros deportivos. En actividades como pilates, en las que se trabaja en grupos pequeños, la saturación de las primeras y últimas horas del día acaba provocando por igual listas de espera y grupos vacíos. Ampliando las opciones de asistencia, se benefician los clientes y los propios negocios.
4. Menos estrés, más energía:
Reducir la exposición a entornos laborales estresantes puede contribuir significativamente a la reducción del estrés. Un trabajador menos estresado es más propenso a dedicar tiempo y energía al ejercicio físico. Al aprovechar esta ventaja, podemos mejorar nuestra salud cardiovascular, fortalecer nuestro sistema inmunológico y aumentar nuestra resistencia física.
5. Ahorrándole dinero al estado:
El ejercicio es salud, y la salud cuesta menos que la enfermedad. A menos ejercicio, mayor gasto sanitario. Mientras el tiempo invertido en desplazarse suele ser improductivo (cada vez estamos más enganchados al móvil), el dedicado al ejercicio sostiene negocios grandes y pequeños y supone una inversión en salud pública. Además de ahorrar energía, el teletrabajo permite al sistema sanitario dejar de gastar millones de euros en paliar los efectos del sedentarismo.
En conclusión, el teletrabajo no solo representa una evolución en la forma en que llevamos a cabo nuestras labores diarias, sino que también se erige como un catalizador para una vida más activa y saludable. Al liberarnos de las restricciones del trabajo presencial, nos brinda la flexibilidad y el tiempo necesario para priorizar nuestro bienestar físico y mental. El teletrabajo no es simplemente un cambio en la ubicación de nuestra profesión: supone una transformación que nos permite abrazar un estilo de vida más equilibrado y activo y ahorrar muchísimo dinero a las arcas públicas.